"Ya toca a Dios."

El Papa, Vicario de Cristo en la tierra, se nos muere.

Interminable sería rememorar el ímprobo trabajo desarrollado por Juan Pablo II a lo largo de su pontificado. El Papa bueno. El consagrado a la Vírgen María. El hombre que destrozó con su voluntad, comprensión y libertad el Telón de Acero. El hombre que apostó por el ecumenismo y el acercamiento a otros pueblos y religiones. El viajero incansable. El padre paciente. El amigo entrañable que llevaba el mensaje de Cristo por los confines del globo.

Ya casi toca a Dios. Y yo no sé si rezar por su salud, o porque al fin pueda saborear las mieles del triunfo. María, lleva al Santo Padre en tu regazo a Cristo, tu Hijo, y haz que el sacrificio de estos años sufridos gozosamente por el Papa iluminen los corazones de los que aquí quedamos.

Señor, dale el descanso eterno.
Brille sobre él tu Luz eterna.
Descanse en Paz, e interceda por nosotros.

Amén.

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