Instrucciones para románticos empedernidos.

Modo automático del olvido: desconexión.
Acércate a la mesa, recopila papel y pluma,
esmérate en la caligrafía, contén la respiración.

Escríbelo, por fin escríbelo.

Coge un sobre y apunta su dirección.
Ve corriendo a la Oficina de Correos,
(no dejes que pueda contigo la emoción)

estampa un beso, y envíalo.

Ahora sonríe; y no esperes contestación.

Comentarios

Natalia Pastor ha dicho que…
¡Uyyyyyyyyyy!,eso lo hice yo, cuando mi marido y esta servidora eramos novios, y él estaba en Madrid trabajando.
Que tiempos aquellos.....
Antecedente ha dicho que…
jajajaja, y yo!

Y ahora cuatro retoños son el fruto de un impulso inconsecuente!!

Jajajaja
Elentir ha dicho que…
Yo escribía muchas cartas hace años, y también poemas, más de 200... (la mayoría malos). Cada día me siento más incapaz, sobre todo con los versos. Eso podría convertirse en un desfile de fantasmas, y los míos son de los que atormentan.
Schwan ha dicho que…
¿Porque inconsecuente? Maravillosos impulsos que dan lugar a criaturas únicas.
Patito_feo ha dicho que…
Preciosa entrada. Por desgracia ese tipo de experiencias, en mi caso, quedan para las películas. Y lo de los retoños ya ni te digo... :P
Unknown ha dicho que…
En mi caso lastimosamente no me resultó...No hay historia de ensueño que contar, ni criaturas producto de un sueño incontenido...

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