No puede ser.



¡No puede ser! Esa mujer es buena.
¡No puede ser una mujer malvada!
En su mirar como una luz singular
He visto que esa mujer es una desventurada.

No puede ser una vulgar sirena
Que envenenó las horas de mi vida.
¡No puede ser! Porque la ví rezar,
Porque la ví querer,
Porque la ví llorar.

Los ojos que lloran no saben mentir;
Las malas mujeres no miran así.
Temblando en sus ojos dos lágrimas ví
Y a mi me ilusiona que tiemblen por mí.

Viva luz de mi ilusión,
Sé piadosa con mi amor,
Porque no sé fingir,
Porque no sé callar,
Porque no sé vivir.

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