Acabo de recordar que yo tenía una bitácora.

Acabo de recordar que yo tenía una bitácora.

Aún sigue aquí, aunque ya la hubiese olvidado.

Permanece como esos árboles viejos en un alto del camino, ignorado hasta que vuelves a sentarte bajo sus ramas. Te dices: ya he pasado por aquí..., y algo familiar regresa en un instante.

Voy a apoyarme en el tronco.

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