Romance del Tesoro.


Amábamos sin darnos cuenta.
Tú decías que estábamos cautivos
en una enorme isla del tesoro.
Èramos como cazadores furtivos
acechando la pasión como presa.
Rehenes de nuestro juego prohibido
huíamos de todas las consecuencias
por el puro placer de sentirnos vivos.

Y un día, cayó la noche;
y una noche, sin hacer ruido,
se llevó en silencio tu rostro
y cambió de golpe mi destino.
El fruto que yo llevaba,
cómplice de nuestro cariño,
apartó tu amor de mi vida
y aclaró en verdad lo vivido.

Ayer también cayó la noche,
pero hoy ya ha amanecido,
y aunque anduve errante,
triste, sola por mi camino,
encontré de nuevo el amor
en la frágil figura de un niño.

Y veo ahora mi decisión..
¡Mira en quién se ha convertido!
Aquella isla del tesoro
en que tú y yo estábamos cautivos
sigue siendo una promesa
que sólamente yo he cumplido:

no hay mayor tesoro para mí
que ver crecer a mi hijo.

Comentarios

Natalia Pastor ha dicho que…
Que poema tan bonito,Antecedente.
"Ayer también cayó la noche,
pero hoy ya ha amanecido,
y aunque anduve errante,
triste, sola por mi camino,
encontré de nuevo el amor
en la frágil figura de un niño."

Me encanta.
Saludos.
Elentir ha dicho que…
Da gusto leer este blog, estás hecho todo un poeta. :-)

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