Un ratito para mí.



Un ratito para mí. Breve, porque sé que a la vuelta de la esquina volverán atropellados, con el corazón en la boca. Y el flequillo sudoroso por el esfuerzo. -Decidme, hijos, que hoy tengo poca paciencia-. Papá, dame pan para las palomas..¿Qué será la paciencia para un crío mas que una palabra de relleno con un significado difuso? Les digo todo el rato que esperen, aunque muchas veces pienso que se aguanten. Un ratito para mí. ¿Cómo pretenden que me concentre? No hay forma. Con lo aburrido que sería tener niños-adultos que comprendan las deseos de sus padres! Os estáis portando fatal. ¡Dejad de perseguirlas, que os váis a caer!! Algo debo estar haciendo mal. No sé dónde ha aprendido aquello que oí de sus labios el otro día. Quizá una mañana corriente, como hoy, despierte dándome cuenta que este laberinto de voces que interrumpen mis pensamientos, se ha acabado. Y en mi casa vacía, ya no tendrá sentido buscar un ratito para mí.

Me veo sentado en el poyete del parque, dándo de comer a las palomas.

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