Los cuatro reos de muerte.



El Consejo de Estado se ha pronunciado sobre la denominada Ley Aído (este apellido es como un grito de angustia), considerándola constitucional. Habrá que decirle al Consejo de Estado que me siento formalmente constituido para calificarles como vendidos al poder establecido y para preguntarles que a cuánto sale el kilo de tragaderas constitucionales. Hace tiempo escribí un mínimo cuento que ahora reproduzco sobre qué tipo de justicia política están administrando al nasciturus. Está visto que ahora le han dado rango constitucional; no sabemos si por treinta monedas.

Los cuatro reos de muerte.

La Gran Corte Democrática celebra un juicio sumarísimo. Se juzga a cuatro reos ante un tribunal popular. Cuatro mujeres transportan a los acusados. La sala está repleta de gente. El juez entra pomposamente exigiendo silencio. Ordena al fiscal que proceda con la acusación.

El fiscal se levanta como un resorte y afila su discurso. Representa al Estado contra los cuatro presuntos delincuentes. Señalando con el dedo al primero, comienza la imputación de cargos:

-Tú!.. Tu eres la Anomalía. No cumples los estándares que exige la sociedad para ser considerado una persona completa. Por algún error fatal en tus genes eres un inválido, esto es, alguien que en el futuro no podrá valerse por sí mismo. No mereces vivir, pues tendremos que dedicar recursos extraordinarios para paliar tu discapacidad. Conviene que seas desechado.

-Ahora tú!.. Eres el Delito. Un fruto indeseable de la violencia de género. Llegaste para recordar a la víctima el dolor, para perpetuar un momento desagradable y brutal. ¿Cómo podemos dejarte vivir en esas condiciones?

-Tú eres el Problema. Nadie te esperaba y vienes a complicar las cosas. Vas a crear un trauma insalvable a quien cometió un error sin importancia. ¿Cómo te atreves a venir sin avisar? ¿Quién te crees que eres? Nadie te ha llamado, y no hay dinero para mantenerte, ni cariño para arroparte. La próxima vez, ven cuando estén preparados.

- Tú eres la Oportunidad. Formas parte de un colectivo donde la selección es vital. No sabemos aún si servirás para nuestros propósitos, pero tendrás que esperar congelado hasta nuestra decisión final. Quizá ayudes a la especie cuando experimentemos contigo. Para ello, has de morir.

Los acusados asisten silenciosos a las diatribas del fiscal. Esbozan una sonrisa, dan pataditas, o juegan curiosos en el vientre de las mujeres. El denominado por el fiscal “Oportunidad” ni siquiera se mueve. Está demasiado ocupado multiplicando sus células. No parece que les afecte la gran decisión que pende sobre sus cabecitas. Se diría que no hacen ningún caso al pueblo ni entienden de mayorías.

El abogado defensor se levanta. Al principio esgrime con rotundidad que los argumentos del fiscal no son plausibles cuando el objetivo es matar impunemente a seres humanos. Luego, acusa al tribunal que el juicio es una farsa y que no tienen competencias para decidir sobre la muerte de la sociedad a la que dicen proteger. El fiscal protesta. El juez carraspea. La gente murmura y debate entre ellos. Se produce un alboroto entre los partidarios de la absolución o de la condena.

El juez Democracia se levanta indignado y pone orden en la sala. Interpela al gentío diciendo que sólo él posee el don de juzgar, y que la Verdad será votada de inmediato.

Los niñitos duermen ajenos al escándalo. Acurrucados, asumen el curso de la naturaleza: están creciendo; están aprendiendo sin pausa; y se acercan confiados a una nueva Luz asombrosa.

El tribunal ha dictado sentencia.


Actualización: he criticado al Consejo de Estado por las noticias que ayer ví en televisión. Parece que hay muchos matices, y que no es cierto que sea un paseo militar para la Ley Aído. Elentir se ha molestado en leer,trillar y analizar el documento realizando este brillante post.

Comentarios

Angelo ha dicho que…
Felicidades. Has hecho un post fabuloso. Cuanta verdad hay en los cuatro casos y en tantos otros, porque en verdad, aquí cada vida es un caso. Cada vida es na condena. Ayer cuando me enteré de la noticia, me pregunté ¿Cómo unas personas con experiencia de vida (cosa que a la Sra. Aido no le concedo)pueden irse a dormir tranquilos diciendo y decidiendo lo que han presentado? Al final de sus vidas también serán preguntados sobre el amor y allí no podrán venderse. Un abrazo
Guerrera de la LUZ ha dicho que…
Vaya disgusto me has dado Antecedente, no conocía la noticia, me acabo de enterar.

Un disgusto muy grande a pesar de que yo, desde hace un tiempo ya no espero nada de la INJUSTICIA que tenemos en este país, ni prácticamente en ningún sitio del mundo, por eso sólo puedo invocar a la Justicia Divina, que llegará.
Todos estos son una panda de asesinos majaderos que han perdido el norte definitivamente, es que no me lo puedo creer. Ahora visitaré a Elentir. Es fortísimo esto.

Lo que has escrito, sencillamente impresionante, te felicito, llega.

Besos.
eligelavida ha dicho que…
La ley Aído es una ley asesina, pero de momento, no ha matado a nadie, aunque lo hará. La ley actual (traída por los socialistas y apoyada y defendida por la derecha) es responsable de la muerte de decenas de miles de asesinatos en España. Echo de menos que, al tiempo que se pide la no aprobación de la ley Aído, se pida también la derogación total del aborto.

Te enlazo en mis Blogs Amigos. Un saludo.
RAUL CANELA ha dicho que…
wow parece que la sencibilidad por la vida, ya no importa, sino importa la vida misma,no sera que estan muertos los que juzgan?apuesto que hace mucho antes de morir ellos mismo, hubo una gran ausencia de si del creador de la vida, porque estoy seguro, en su presencia no se toman decisiones tan cruentas y fatales como a la que nos referimos,pero por los que nunca hagan presencia fisica en el mundo, no rogare, pues ellos no seran culpable antes el verdadero tribunal de juicio eterno, sino mas bien por los asesinos y cobardes que se le hace tan facil matar con papel y tinta.

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