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Mostrando entradas de abril, 2006

Queridos amigos monos.

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Mi querido amigo mono: Ahora que ya perteneces a la raza humana, por obra y gracia del Gobierno de ZP, he de escribirte unas líneas. Me pesa, porque la emoción embarga hasta los recónditos tuétanos de los petrosenos superiores. Desde hace tiempo me pareciste una monada, pero hasta ahora no me había atrevido a confesarlo. Complejo de superioridad, supongo. Prometo que desde ahora las cosas van a cambiar. Iremos de la mano conversando apaciblemente, y nos colgaremos de vez en cuando de las farolas. Te llevaré al ZOO y nos llevaremos un trozo de tu jaula, como símbolo de opresión finalmente derrotada. Haremos alegremente el gilipollas de forma progresista, ecológica y sostenida. Seremos tú y yo, al fin. Los nuevos "primer" y "segun" progenitores de una nueva raza de monhíbridos con derecho a pensión y seguridad social. Sueño con ello, mi amol. ------------------------------------------------------ He intentado tomar a mofa la iniciativa legislativa del Gobierno ZP,

Infidelidades.

En el periódico La razón de hoy hay un artículo espeluznante por su contenido. Parece ser que la marca de bebidas Nordick Mist encargó un estudio de mercado sobre la infidelidad entre las parejas españolas, para hacer una campaña publicitaria en la que el lema es "Sé infiel" a tu tónica de siempre. El resultado de la encuesta es que un 46 por ciento de los encuestados admitieron haber sido infieles a su pareja. Las motivaciones de tal comportamiento en los hombres es "por cambiar", "por probar otras cosas", y en las mujeres, "por venganza", o por "sentirse solas". Desgrana el periódico varios resultados a las no menos asombrosas variaciones del cuestionario, en las que no voy a entrar, por higiene mental y porque no me da la gana. Cuarenta y seis por ciento de palomos picoteando en palomar ajeno. Atragantándose de alpiste. Se dice pronto. Tanta libertad esconde ¡tantos! fracasos. Porque ante la tranquila y atemperada asunción de infid

Los Heraldos Negros.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... ¡Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o lo heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! César Vallejo.

Las Sirenas sí existen.

Charlaba con mi hija Pilar, de seis años. -Papá.. ¿Existen las sirenas? -Pues... si te digo la verdad, hija, no, no existen. (Silencio pensativo) -Pero papá, tú no las has visto. Viven en el fondo del mar y no se dejan ver por nadie. -Cariño, lo cierto es que ningún hombre las ha visto. - Ya, pero es que las sirenas no son hombres y no se dejan ver. Sólo hay uno que puede haberlas visto: Jesusito. ¿No creó Jesús todo? Pues seguro que Él las creó como a nosotros o como a los angelitos. - Mira, las sirenas como Ariel son fruto de un cuento, alguien que imaginó una historia donde existían otras personas con cola de pez en vez de piernas. - A lo mejor ese señor no se las imaginó, sino que pudo verlas un día. Tú no lo puedes saber. - No lo puedo saber, pero te garantizo que casi todas las pelis que has visto como Blancanieves o La Sirenita son cuentos imaginados por hombres. - Pero como tú no puedes saberlo y Jesusito lo creó todo, yo prefiero pensar que las sirenas sí existen.