Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2008

Como un pajarillo.

Imagen
No recuerdo la primera vez que te respondí. Sí sé, con toda seguridad, que ibas preparando el camino. Te aliaste con mis padres para ir allanando el terreno, y poco a poco, empecé a oír hablar de ti. También el círculo donde me desenvolvía ayudaba a buscarte. Pero no fue hasta que, en silencio, puse coto a todo lo que me habían dicho, y lo enfrenté a mi corazón. Allí, en lo más íntimo, fue cuando te diste a conocer y miré más allá de las palabras, más allá de mis costumbres y circunstancias; y desde entonces, soy como un pajarillo al que vas alimentando, miguita a miguita, con cuidado; probablemente porque mi pequeña alma podría atragantarse si me dieses una ración de más. Empecé a verte en la belleza de las cosas. Comencé a desentrañar los vericuetos por los que discurre tu economía. Aprendí a confiar en ti. Y tú me dabas exactamente aquello que necesitaba, aunque no coincidiera en absoluto con lo que yo había planeado. Y tú me diste, me diste, me diste a lo largo de toda mi vida, s

Podéis verlo como yo.

Imagen
Ahí le veis, encorvado por el peso de los años; en una mano el bastón y en la otra un ramillete de claveles blancos. Ahí le estáis viendo, cómo camina trabajosamente entre el laberinto de mármol, flanqueado por un mar de cruces erguidas y cipreses melancólicos. Ahí está, ya ha llegado. Mirad cómo se quita el sombrero con respeto; ahora posa su mano en la lápida, y acaricia levemente la inscripción de la fría piedra; cómo quita el polvo, cómo deja a un lado en un pequeño jarrón de barro las flores frescas, sustituyendo las ajadas por el paso del tiempo. Mirad cómo susurra y reza, cómo dispone su frágil cuerpo para acomodarse un rato, a su lado. Recuerda los buenos y malos momentos que tuvieron que pasar juntos; pero sobre todo echa de menos los largos días en los que parecía que nada pasaba, pero todo ocurría. Esa rutina que los hizo indestructibles, en las que los defectos de cada uno se limaban, ajustaban como piezas sensibles de un gran mecano. Recuerda el principio, cuando todo era